La empresa
desarrolladora de los robots ha incrementado sus ventas un 15% anual
en los tres últimos años.
Una de las obligaciones que conlleva ser ganadero
es, por ejemplo, ordeñar las vacas. Sin
embargo, las 170 vacas que tienen las granjas de la familia Stensland (Stensland
Family Farms), no necesitan que nadie las ordeñe, al menos, no un humano.
Sensores, láseres, datos y una tecnología puntera
han permitido fabricar un robot que ordeña las vacas en unos pocos
minutos y sin la intervención de nadie. El
funcionamiento, además de sencillo, es muy preciso. En la parte trasera de la
granja, hay unas zonas delimitadas con pequeñas cajas con comida. Cuando la vaca
entra en la zona para alimentarse, un robot escanea su etiqueta de
identificación y aparecen unos brazos robóticos para comenzar con el
proceso.
No obstante, antes de empezar a ordeñar, la máquina
verifica la última vez que se ordeñó a esa vaca a través del número de
identificación. Gracias a este número, la máquina puede saber la leche que ha
dado en otras extracciones y la velocidad a la que lo ha hecho. Para poder
conseguir toda esta información, cuando llega una nueva vaca a la granja se le
hace un escáner exhaustivo para que el robot tenga toda la
información posible, informa Business Insider.
Después, si el escáner determinada que la vaca está
lista para ordeñarse, un brazo robótico con un cepillo de color naranja rueda
por el vientre y estimula las ubres para que salga la leche. Previamente,
también las desinfecta. A continuación, otro brazo similar sostiene cuatro
tubos que se conectan a las ubres y que van a dar a un tanque más grande donde
se recogerá la leche. Pero el proceso no termina aquí, ya que el robot es capaz
de valorar la calidad de la leche y determinar si es apta para el
consumo humano. En caso de no serlo, esta leche servirá de alimento para los
terneros de la granja.
Un 50% de las vacas de EEUU se ordeñarán con
máquinas
Doug Stensland forma
parte de la tercera generación que trabaja en la granja. Su hijos
trabajan en ella y sus nietos empiezan a ayudar con algunas tareas. Desde que
se instalaron los robots hace seis años, la vida de su familia ha cambiado a
mejor.
Sin embargo, la granja
Stensland no es la única que ha delegado a las máquinas la tarea de ordeñar.
Unas 50 granjas de Iowa tienen esta instalación y, según las estimaciones de
Lely, la compañía holandesa que empezó vendiendo estas máquinas en Europa, hay
unas 2.000 máquinas de este tipo en EEUU.
Además, dentro de unos
cinco o siete años, entre un 40 %y un 50% de las vacas de los Estados Unidos
será ordeñada utilizando este tipo de tecnología, según Lely. De momento, se
mantiene en el 2%. Sin embargo, en países como Holanda, donde se desarrolló el
producto, la compañía estima que más del 30% de las vacas se ordeñan con robots.
"Esto, realmente,
se empezó a acelerar hace dos o tres años y el motivo es el trabajo:
disponibilidad de mano de obra, calidad de la mano de obra al ordeñar, coste de
mano de obra", señala Steve Fried, jefe de ventas de la compañía. Además,
calcula que, durante los últimos tres años, el crecimiento anual de la compañía
está entre el 10-15%.
Aumento de producción y
beneficios intangibles
A pesar de que estas
máquinas eliminan dos puestos de trabajo, la mayoría de las granjas tenían dificultades
para encontrar mano de obra. Es un trabajo que requiere esfuerzo físico y no
siempre es agradable. Los robots, mucho más eficientes, pueden ordeñar hasta 60
vacas al día. La granja ha aumentado un 8% su producción y produce unos 1.500
litros de leche al día.
Este aumento de
producción no solo se debe al incremento de litros, ya que hay beneficios
intangibles. La máquina, además de controlar la leche, también recoge datos
de salud y hábitos de las vacas, como su comida o ciclos de fertilidad. Esto
permite detectar anomalías y enfermedades para, así, curarlas a tiempo. En unos
seis años, la granja ha recuperado la inversión de 190.000 dólares por
máquina.
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