Este animalito fue
construido por Festo, una firma de autómatas, que según uno de sus gerentes ya
tiene todo un zoológico de animales biónicos. Se llama AquaJelly y hace parte
de un programa de investigación de la compañía que lo creó. AquaJelly tiene un
sistema de autocontrol que simula el comportamiento de las medusas de moverse
en grupos. Según la compañía este robot tiene un hemisferio transluciente y
ocho tentáculos para propulsión. Y en su centro cuenta con un cuerpo impreso en
3D, que contiene un motor eléctrico.
La medusa es un invertebrado ideal para basar en
ella el robot debido a la sencillez de sus movimientos natatorios. El desplazamiento subacuático de una medusa se produce por
la acción de los músculos localizados dentro de la campana, la parte principal
del cuerpo, comparable en forma al tramo superior de un paraguas abierto.
Cuando los músculos se contraen, la campana se cierra sobre sí misma y al
hacerlo expulsa agua al exterior. Ese chorro de agua propulsa hacia adelante a
la medusa. Después de contraerse, la campana se relaja y recobra su forma
original.
El robot se impulsa por medio de reacciones químicas
que generan calor. Esas reacciones se
producen entre el oxígeno y el hidrógeno del agua, y el platino en la
superficie del robot. El calor emitido por estas reacciones se transfiere a los
músculos artificiales del robot, haciendo que adquieran formas diferentes, en
una secuencia de cambios que equivale a los movimientos natatorios de apertura
y cierre de una medusa auténtica.
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