«La robótica de las
películas es ciencia ficción. El
robot bípedo, humanoide y con baterías infinitas que haga el trabajo no existe».
Con este discurso el asesor del CEO y responsable de Desarrollo de Negocio
de GMV, Juan Carlos Llorente, quiso arrojar luz en torno al debate de la
destrucción del empleo, que muchos auguran que va a suponer la robotización de
la industria, en la última sesión del programa de Inmersión Digital
Empresarial de La Digitalizadora by Innsomnia, patrocinado por Bankia y Accenture.
«La robotización no
quita empleos», defendió en la misma línea Ángel Morales, Artificial
Intelligence Iberia Lead de Accenture, que aseguró que en su compañía llevan
tres años digitalizando sus propios procesos y los puestos de trabajo han
seguido aumentando porque «la automatización permite dedicar más tiempo a las
tareas de mayor valor añadido».
Y esto no es una
cuestión de voluntad, sino de necesidad. «El robot es un sistema que requiere
de un entorno de trabajo. Los ingenieros saben hacer robots, pero los robots
por sí solos no saben hacer trabajos. Para hacer zapatos, por ejemplo, el
robot necesita el expertise de los trabajadores que los hacen ahora y no del
matemático o físico que lo ha diseñado».
Llorente fue más allá y
para convencer a los incrédulos de la automatización aseguró que los bots
pueden ser en sí mismos una oportunidad de negocio. «El robot según sale
de la caja no vale para nada», dijo el experto de GMV, porque hay que
insertarlos en procesos para que realicen sus funciones y muchos clientes son
capaces de generar su propio sistema robot, patentarlo y venderlo, por lo que,
aseguró, «muchas empresas están creando propiedad industrial a base de poner
soluciones a sus problemas».
Una vez conocidas las
bondades de la robótica, ¿qué pasos hay que seguir para implementarla en una
compañía? «Lo más común es empezar por la digitalización de los procesos, del
software, antes de llegar a la logística», explicó Miguel Moreno, project
manager de la start up especializada Robotnik.
Y para ello, según indicó el responsable de Inteligencia Artificial de Accenture, hay que entender cuáles son los procesos ineficientes de una compañía y los datos de los que disponemos. Después, las empresas «deben mirar más allá de los costes
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