La ciencia ficción nos ha enseñado un montón de
tecnología alucinante que, por desgracia, buena parte de ella no verá la luz.
Ni como la imaginaron los autores ni como le gustaría a algunos ingenieros. Hay
veces que hay excepciones y una de ellas es la moto aérea, o flotante Aero
X. Hace un par de años se mostró un prototipo y la buena noticia es que se
pondrá a la venta en 2017.
¿La mala noticia? Que no va ser un vehículo al
alcance de todo el mundo precisamente. Si queréis ir pensando en comprar una
podéis pagar un modesto depósito de 5.000 dólares para cuando finalmente se
ponga a la venta dentro de tres años pagar unos 80.000 más para
hacernos con ella. Nadie dijo que ser pionero en el mundo de la tecnología
fuera algo accesible para todos.
Simplificando los controles de un vehículo
difícil de manejar Más allá del precio y su fecha de lanzamiento,
nos encontramos con una moto que es capaz de circular a una velocidad máxima de
72 kilómetros por hora y flotar hasta una altura de 3,7 metros. Su capacidad es
de dos personas y su diseño futurista nos recuerda a cómo hemos imaginado a
través de la ciencia ficción este tipo de vehículos.
Diseñar la conducción del Aero X no ha sido
fácil ya que uno de los problemas del sistema que lleva esta moto es el rotor y
su inclinación hacia un lado cuando queremos ir hacia adelante. En los
helicópteros, por ejemplo, es algo frecuente y los pilotos están siempre
atentos a este efecto.
Sus creadores afirman que el diseño final de
esta moto será lo suficientemente sencillo e intuitivo para que cualquiera
pueda usarlo sin grandes dificultades. Si todo va bien, dentro de un par de
años se realizarán las primeras pruebas con la versión final del vehículo.
Como curiosidad decir que antes de que
existiera Aero X ya había proyectos desarrollados en los 60 para conseguir algo
parecido a un vehículo volador capaz de flotar unos cuantos metros. El proyecto
fue abandonado porque no supieron crear un sistema de control lo
suficientemente estable como para usarlo.
Hay que reconocer que con este tipo de
proyectos resulta imposible no entusiasmarse. Tener un vehículo de estas
características, funcional y sencillo, debe ser una pasada pero creo que
todavía es pronto para lanzar las campanas al vuelo y hacernos ilusiones con
esta moto voladora.
Por un lado tenemos la dura realidad: lo que
hemos visto son prototipos y las propias palabras de sus creadores que a buen
seguro serán ciertas pero hasta que no veamos con nuestros propios ojos que
funcionan correctamente un servidor se considera bastante escéptico con esta
propuesta de moto voladora.
Por otro tenemos la regulación y la normativa,
que en este tipo de cuestiones suele ir por detrás como es normal. ¿Podremos
usar estas motos en carretera o sólo en algunos espacios? Seguiremos de cerca
esta moto voladora
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